Conversacion Chavez-Tom Konrad

Recibido de un Colaborador de este Blog 

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Yo quiero hacer mención a la presencia allá en Corocoro de todos esos trabajadores y uno de ellos, norteamericano, ¿está aquí? No, él está aquí, perdón, está aquí, yo quiero saludar y darle la palabra al amigo Tom Konrad. Tom es norteamericano, él trabajaba ahí con la empresa que abandonó aquello como ya lo explicó Pavel, pero él decidió quedarse con nosotros y se ha quedado con nosotros, y estamos felices de que se haya quedado Tom con nosotros. Tom ¿cómo está el español?

Tom Konrad, empleado estadounidense: Muy bien señor, es más fácil que nunca aprender español aquí en Venezuela, hay un programa cada domingo, un señor que sale, habla y habla y habla, (risas)

Presidente Chávez: Spleak, speak, speak.

Tom Konrad: no, en serio, una oportunidad practicar español, aprender nuevas formas de pensar también señor.

Presidente Chávez: Nuevas formas de pensar, muchas gracias Tom. Bueno, tu sabes que nosotros y yo admiro mucho a grandes pensadores norteamericanos, grandes pensadores, poetas, libertadores, Washington, Miranda que estuvo peleando, Abraham Lincoln, gran demócrata y mártir como tu sabes, Walt Whitman el gran poeta, gracias por lo que has dicho que nos complace mucho y nos estimula a seguir pensando y gracias por quedarte con nosotros.

Tom Konrad: Me permite dar saludos a mis suegros que seguramente están mirando en su casa de Tronconal 4 allá en Barcelona. Saludo a mi suegro José García, a la suegrita Nancy.

Presidente Chávez: Nancy se llama tu suegro, ¿y tu esposa?

Tom Konrad: Está aquí conmigo.

Presidente Chávez: ah está ahí, ella se llama Nelly.

Tom Konrad: Sí, Nelly Corina.

Presidente Chávez: ¿Cómo está Nelly Corina?

Nelly Corina Konrad: Bien, gracias.

Presidente Chávez: Nelly ¿tu eres criollita?

Nelly Corina Konrad: Si, de Puerto La Cruz.                                 

Presidente Chávez: bueno, a Nelly debemos, bueno, entonces, la presencia aquí y a la conciencia de Tom. Tom se quedó aquí ¿ya tienen hijos?

Nelly Cristina Konrad: No, todavía no.

Tom Konrad: tenemos dos meses de casado.

Presidente Chávez: Felicidades, vamos a darle ese aplauso, felicidades, mira Tom y cuál es tu especialidad allí en el Proyecto?

Tom Konrad. Es más en la parte de gerencia, planificación, cómo desarrollar proyectos de contratación, etc, etc, para avanzarlo.

Presidente Chávez: Y tu eres de qué parte de Estados Unidos.

Tom Konrad. De New Jersey.

Presidente Chávez: Graduado en...

Tom Konrad: soy ingeniero de petróleo.

Presidente Chávez: Bueno y además un hombre joven, quédate con nosotros.

Tom Konrad: estoy listo para eso.

Presidente Chávez: ¡Listo para eso! Bienvenido hermano.

Tom Konrad: si me permite una más señor, yo tengo 12 años aquí viviendo en Venezuela, y que siempre, desde mi primer paso que hice aquí en tierra venezolana, el potencial del país tiene como usted ha dicho, lleno de recursos naturales, de oro, diamante, petróleo, de gas, pero otro recurso que es bien importante aquí a desarrollar es las personas que también es una riqueza que tienen aquí en Venezuela. Y mucho que he visto durante estos 12 años trabajando aquí es que la experticia viene de afuera, y siguiendo el pensamiento que usted ha planteado hoy, de sacar siempre de Venezuela y no dejar nada, y la experticia viene y ¿qué queda aquí en Venezuela en la parte tecnológica? Por ejemplo, la gente viene aquí a hacer su trabajo y se van y qué queda aquí en Venezuela, nada más que su tarjeta, llamarme otra vez cuando me necesita. Una idea que yo he tenido y voy a conversar con la persona de PDVSA, formar una empresa mixta o algo, para controlar como viene esta experticia y que esta experticia deje conocimiento a los venezolanos aquí, que eventualmente esta llamada no sería necesario.

Presidente Chávez: Bueno miren, aquí es cuando uno tiene que ponerse de pie ante una manifestación de amor como esta que estamos oyendo, y permíteme darte la mano Tom y a tu esposa, un fuerte abrazo también, siéntete como un venezolano más entre nosotros, y tu familia, tus viejos ¿están allá en los Estados Unidos?

Tom Konrad: Si mi papá tiene 82 años, mi mamá 81, viven tranquilos allá en Florida.

Presidente Chávez: Tienen la misma edad que Fidel Castro.

Tom Konrad. Imagínate.

Presidente Chávez: ¿Están en Florida?

Tom Konrad: Si, vienen aquí a visitar

Presidente Chávez: Y tus hermanos están allá. Saludos a todos ellos y siéntete entre nosotros como un hermano más y de verdad que tu intervención nos ha impactado el corazón a todos nosotros, de verdad, y a tí. Felicitaciones.

Nelly Corina Konrad: Gracias Presidente.

Presidente Chávez: Te felicito. Y tu ¿te graduaste?

Nelly Corina Konrad: si y actualmente estoy trabajando para PDVSA, yo vengo de la compañía anterior y voy a trabajar ahora para PDVSA para dar mi experticia, mi apoyo y todo lo que necesiten.

Presidente Chávez: ¿Qué profesión tienes tú?

Nelly Corina Konrad: soy Licenciada en Administración.             

Presidente Chávez: bueno, esa foto aquí, donde está el fotógrafo. Que vivan los gringos buenos.

Tom Konrad: gracias Presidente.

Presidente Chávez: Que tengan muchos hijos, tres, cuatro, cinco.

Nelly Corina Konrad: Amén, que su boca sea la medida.         

Presidente Chávez: Suerte, saludos a la familia, hermano, thank you very much.

Tom Konrad: You are welcome.

Presidente Chávez: Qué bueno Tom. Tom y Nelly Corina García, Tom Konrad, Nelly Corina. Bueno, así se va haciendo la vida y uno se va llenando de sentimientos y de solidez. Muchas gracias por esas manifestaciones, bueno, Pavel, te voy a dar la palabra de nuevo allá en Corocoro, para que nos hagas alguna explicación adicional y despedirnos luego para continuar aquí con el programa ¿cómo está el clima por allá? ¿ha llovido? Adelante.

 

Mas del caso Sincor / "Se oficializó la Lista Tascón"

 

 

Fuente: talcualdigital.com, Patricia Clarembaux


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"Se oficializó la Lista Tascón"
El presidente de Sincor, Ysaac Donis, ratificó que sus trabajadores están clasificados en aptos y no aptos. Además, lanzó nuevos lineamientos: deben pertenecer a alguna misión y los viernes deben usar una franela roja. Quedó descontenta la audiencia


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Las máscaras se cayeron el viernes en la estación principal de Sincrudos de Oriente (Sincor), en San Diego de Cabrutica (Faja del Orinoco). Ese día se convocó a un desayuno para que los trabajadores aclararan las dudas sobre el código binario en el que habían quedado clasificados, gracias a la Lista Tascón.

Personal de recursos humanos, técnicos y gerentes de campo, superintendentes, supervisores de mantenimiento, personal de limpieza e incluso dos representantes de la trasnacional Total (Louis Vives, gerente de explotación, y Philippe Mazzi, gerente de campo) se congregaron en la sala de reuniones.

Pero no a todos les cayó bien lo que escucharon del presidente de Sincor, Ysaac Donis: sus nuevos lineamientos.

"Ya estoy aquí. Quien quiera que me consulte", dijo a su llegada. De inmediato, los presentes comenzaron a cuestionar la veracidad de un listado en el que eran considerados "aptos" o "no aptos" para laborar en la petrolera. Donis ratificó los temores:
"Esto es un tema de Estado.

Por ahí anda rodando una lista en prensa y es cierta. Salió de adentro, se está investigado y va a ir preso quien la sacó. Se va a aplicar para personal clave que está dentro y fuera de la empresa".

Afectos al Gobierno y opositores, al parecer, convivieron sin problemas en Sincor hasta la llegada del gerente de RRHH, Jesús Ochoa, el 11 de junio. Un trabajador que asistió a la reunión del viernes recuerda el asombro de los presentes tras el anuncio de Donis: "Él nos dijo que en Sincor hay unos lineamientos: 'Si los viernes hay que vestirse de rojo, te vistes y punto. Es una orden de arriba. Si tienes que meterte en una misión lo haces y a quien no le guste, ya veremos', esas fueron sus palabras". Con esta noticia, buena parte de las 30 ó 40 personas asistentes se retiraron, molestas.

La despedida de Donis se pareció a la de los cuatro "nuevos talentos" en Caracas, quizás con un poco más de explicaciones: "El que no se alinee con el proceso le aplicamos el 125 (de la Ley Orgánica del Trabajo) y salimos de ese problema", aseguró.

Días antes, se inmortalizaron en la mente de este trabajador los rostros de angustia de sus compañeros, las lágrimas e incluso la actitud de unos cuantos que decidieron levantarse de sus computadoras y dejar a un lado el trabajo al ver que sus nombres estaban marcados por un uno. "Hubo quienes exclamaron: '¡Quiero que se acabe este maldito viernes!'", pensó este empleado de Sincor, quien intenta mantener la serenidad pero cree que estas manifestaciones son "la expresión más clara de que se oficializó la Lista Tascón".

• LA DISCRIMINACIÓN NO ES TOTAL
Visto el apartheid laboral por razones políticas que se registra desde hace unas semanas en Sincor, TalCual envió sendas comunicaciones a las casas matrices de Total (Francia) y Statoil (Noruega), las dos trasnacionales que participan junto con Pdvsa en la recién transformada empresa mixta, con 32% y 8% de las acciones respectivamente. En las cartas se les preguntó a las empresas si conocían la situación y si tenían una posición oficial al respecto.

A continuación se transcribe la repuesta enviada ayer por la Dirección de Comunicaciones de Total en París.

Apreciada Patricia, Disculpa el retraso.

Como sabrá, desde el 1 de mayo, Total posee una participación minoritaria en el campo de Sincor, operado por Pdvsa. No tenemos que pronunciarnos sobre las decisiones internas de Pdvsa, pero hacemos énfasis en que se respeten los procedimientos de Sincor y que se respeten la Constitución y las leyes de Venezuela. Como estos procedimientos podrían crear riesgos operacionales, estamos trabajando con Pdvsa para limitar las consecuencias de este proceso interno y esperamos que cese y que las personas serán reintegradas.

Saludos cordiales, Patricia MARIE Dirección de Comunicaciones

Esto está pasando en las Empresas de la Faja (Caso SINCOR)

Fuente: Patricia Clarembaux, talcualdigital.com
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¿Qué misiones conocen? ¿Qué opinan de la doctrina petrolera de Bush? ¿Qué opinaban sobre el cierre de RCTV? Estas fueron algunas de las preguntas con las que se evaluó la permanencia de cuatro “nuevos talentos” en Sincrudos de Oriente, unz vez que pasó a manos de PDVSA. Dos de ellos, Nataly Barcia y Andrés Pieve, cuentan la historia de un despido anunciado.

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Nataly Barcia acaba de terminar su carrera de ingeniero químico en la Universidad Simón Bolívar; Andrés Pieve la de ingeniero de petróleo en la Universidad Central de Venezuela. Ambos fueron aceptados como parte del grupo de “nuevos talentos” de Sincrudos de Oriente (Sincor) y también despedidos por haber plasmado una firma para revocar al presidente Hugo Chávez Frías. Sólo les quedó el recién otorgado título universitario y, al lado de sus nombres, el número uno que los calificó como “no aptos” y que les vetó las posibilidades de ocupar un puesto clave en la industria petrolera. García y Pieve decidieron romper el silencio y contar las historias de sus despidos a TalCual.

—En los primeros días de trabajo ¿se comentaba que los iban a botar por haber firmado?
Andrés Pieve (AP): Comencé el lunes 21 de mayo, 15 días antes que Nataly. Fue una semana de una serie de inducciones, se hicieron charlas con cada uno de los departamentos.

Tuvimos la presentación con el presidente de Sincor, Ysaac Donis y con la gerente de Recursos Humanos (RRHH), que era Leyda Hernández.

Nos explicaron que estaban muy contentos, pero nunca se tocó el tema político. En ese momento Sincor estaba en transición hacia Pdvsa y claro que había rumores, pero eran de pasillo.

—¿Qué día llegó el nuevo gerente de RRHH, Jesús Ochoa, a Sincor?
Nataly Barcia (NB): El 11 de junio.

El día que los dos grupos se unieron.

—¿Cómo cambió el ambiente a partir de ese día?
NB: Bastante. El gerente nunca se presentó con nosotros. Diría que conocimos a todos los gerentes, pero el señor Ochoa nunca apareció. Su espíritu como que nos rondaba. Llegó el 11 de junio y ese mismo día nos dicen que el contrato es por tiempo de- terminado. La segunda semana de junio, era de esperarse que los ingenieros de petróleo empezaran el programa en esa área, que los ingenieros químicos lo hicieran en el mejorador de Puerto La Cruz, pero se nos dice que el lunes estemos todos en Sincor Caracas y que todavía no vamos a los puestos de trabajo. Ese lunes fuimos y se nos dijo que el programa estaba siendo analizado por el nuevo gerente, el señor Jesús Ochoa, que a él le parecía que era un exabrupto la cantidad de dinero que se estaba invirtiendo en nosotros. Mientras tanto, seguiríamos teniendo charlas en Sincor Caracas, con las distintas gerencias.

—¿En qué momento empieza la tensión por la Lista Tascón?
AP: El tres de julio hubo unas entrevistas individuales que Jesús Ochoa le hizo a seis personas.

—¿Cuál era la razón de esas entrevistas?
AP: Se dijo que quería conocernos uno a uno, pero todos calificaban las preguntas que les hacían como políticas.

—¿Qué tipo de preguntas les hicieron?
AP: No me quiero arriesgar a decirte qué tipo de preguntas les hicieron a ellos, pero sí te puedo decir cuáles nos hicieron a nosotros. El miércoles antes del 5 de julio, llamaron otra vez a esas seis personas y esa vez nos incluyeron a nosotros dos que, supuestamente, debíamos estar en ese lote de seis, pero no estuvimos. Eso fue lo que me dijo de frente Ochoa.

NB: Igual a mí.

—¿Quiénes estaban en esa entrevista?
NB: Estábamos Zully Álvarez, Andrés y yo. Laura Atencio no estuvo en esa oportunidad.

—¿Pueden ambientar el momento? NB: Al señor Ochoa lo acompañaban la señora Carolina Vargas y el señor Fidel Hernández, ambos de Pdvsa. Nosotros estuvimos en una sala de RRHH esperando por ellos desde las 4:00pm hasta las 5:30pm. Ellos llegaron y se sentaron delante de nosotros, nos preguntaron nuestros nombres, qué edad teníamos, dónde nos habíamos graduado. Estábamos nerviosos porque era gente externa e interna la que nos entrevistaba.

—¿Ya habían conocido al señor Ochoa?
NB: Lo habíamos visto en los pasillos, pero no porque se presentó. AP: Yo lo conocí un día antes en el pasillo. Nos dimos la mano, él me reconoció como uno de los muchachos del grupo de nuevos talentos.

NB: En ese momento nos dijeron que nos dividiéramos en dos grupos:
“Ustedes cuatro y ustedes cuatro”, sin ninguna especificación. Nos pidieron que desarrolláramos en media hora el tema de la soberanía petrolera, el de la doctrina petrolera de Bush y el de los combustibles alternos como el etanol. Se salieron de la sala y nosotros nos quedamos atónitos.

—¿Qué pensaron en ese momento?
NB: Nos preguntamos ¿qué es esto?
Nos reunimos y dimos la introducción sobre lo que fue el petróleo en la época de Cipriano Castro y Gómez, las regalías, la nacionalización del 75, la apertura petrolera en los años 90, la creación de Sincor a finales de los 90 como una asociación estratégica entre personal de Pdvsa (48% ) y trasnacionales como Total y Statoil que nos daban la tecnología para saber qué carrizo era el crudo extrapesado y cómo hacerlo fluir. Después hablamos sobre la doctrina de Bush y pensábamos que era un tema muy comprometedor para hablarlo delante de unas personas de Pdvsa. En el carné de identificación del señor Jesús Ochoa tenía las dos manitos de identificación de “por los diez millones”, pero hasta ese momento, sus afecciones por el gobierno eran puras percepciones nuestras. En cuanto al etanol lo conocíamos como combustible e íbamos a decir que a futuro iba a ser alternativo al petróleo, que teníamos que conocerlo porque si el mundo se vinculaba con los combustibles verdes debíamos investigar y desarrollar políticas relacionadas.

AP: A nosotros nos pareció muy complicado porque todas las preguntas iban obviamente a que dijéramos de qué tendencia política éramos.

Nos cayó de sorpresa y acordamos hacerlo desde el punto de vista técnico, sin polémicas y sin entrar en ninguna discusión. Nos concentramos en la soberanía petrolera y el etanol. Decidimos que esos iban a ser los puntos y que no íbamos a discutir el tema de Bush.

NB: Pero no pudimos ni exponer.

Nos habían dado el tiempo de desarrollar, pero empecé a exponer los sucesos de la historia y en seguida nos interrumpieron. Ellos no querían la neutralidad AP: Nosotros dábamos respuestas técnicas que habíamos aprendido en la universidad. Dijimos que para ese momento no había tecnología, que el precio del barril era muy bajo para el momento, que la ganancia para hacer la inversión iba a ser baja. Cuando nosotros expresamos eso, Fidel Hernández, nos dijo: “Me siento hablando con Luis Giusti”.

—¿Qué decía Ochoa?
AP: Permaneció callado y escuchando.

Asentía con la cara.

NB: La que en este momento liderizaba la conversación era la señora Carolina Vargas. Ella hacía las preguntas, los demás o comentaban algo de relleno o movían la cabeza.

A todo comentario neutral que cualquiera de los ocho decía, ellos seguían con uno radical para ver qué opinábamos nosotros. Nos plantearon entonces qué opinábamos sobre el cierre de RCTV, o sobre que Miguel Ángel Rodríguez llamó hampón en su programa al Presidente de la República.

—¿Qué otras preguntas les hicieron?
NB: Que si pertenecíamos a las misiones.

AP: Carolina Vargas me hizo una pregunta directa: “¿Qué opinión tienes de las personas que se van a trabajar al exterior y dicen que los que se quedan son unos mediocres?”.

No sabía si ese comentario era cierto o no, pero le dije que no lo compartía y que me hubiese gustado que me preguntara cuál era mi opinión sobre la gente que se había quedado en Venezuela, que era el caso de los ocho que estábamos sentados ahí. No me respondió nada.

Cada vez que nosotros dábamos una respuesta neutral, caía una pregunta radical como qué pensábamos nosotros de los barrios, de los malandros, qué había que hacer con ellos.Yo contesté que había falta de educación. Hubo opiniones más radicales en el panel, como es el caso de Jesús Ochoa que dijo que había que erradicarlos a todos.

NB: Sí, él dijo que había que quitar a todas esas personas de los ranchos y aniquilar a los malandros, que había que exterminarlos a todos para volver a empezar.

—¿Cómo termina el ambiente al final de la entrevista?
NB: Al final, el señor Ochoa dijo que nosotros no teníamos miedo por el seguimiento del programa sino de ser botados. Nos hizo una pregunta:
“Si sus mamás estuvieran en terapia intensiva, enfermas del corazón, ¿a quién le darían su corazón? Los ochos respondimos que a los mejores médicos del mundo. Él dijo que no, que no necesariamente a los mejores, sino al médico a quien le tuviésemos mayor confianza. Dijo esa metáfora agregando después que Pdvsa era el corazón de nuestro país y que no iba a dejar ni las venas ni las arterias del corazón del país en manos de gente en la que desconfiaba. Palabras textuales.

Nos dijo que le iban a hacer esa entrevista al resto de las personas, que no dijésemos nada, que se iban a enterar si le contábamos a los muchachos y que si ellos llegaban siendo unos duchos en socialismo del siglo XXI iban a saber que nosotros les habíamos dicho y dejábamos de ser de confianza.

AP: Habían pasado cuatro horas de entrevista, de pregunta tras pregunta.

—¿Cómo fue el despido?
AP: En mi caso, recuerdo que una persona de RRHH me dijo que pasáramos a una sala de conferencias en Sincor- Caracas. Allí estaba la señora Ivonne Gamero, de contratación; Jorge Betancourt, quien es el gerente de protección y seguridad y dos personas con carné de Pdvsa, pero no sé quiénes eran. Ella me explicó que como estaba en los tres meses de prueba, habían decidido prescindir de mi contrato y que trabajaba hasta ese momento. Me volteó la carta y me dijo que la leyera.

En ella se explicaba el artículo 125 de la Ley Orgánica del Trabajo.

—¿Tu superior estaba informado de esto?
AP: El problema es que dependíamos de RRHH y nuestro superior era Jesús Ochoa. Ninguno de mis supervisores o de las personas con las que yo trabajaba tenían conocimiento, pero la decisión de votarnos era de él y la carta decía que era unilateral.

—¿Firmaste la carta?
AP: Sí. Sólo les dije que lamentaba que no me hubiesen permitido continuar mi carrera en Sincor. Un Técnico de Operaciones de Seguridad (TOP) me acompañó a mi puesto, agarré todas mis cosas, le pedí que revisara porque no quería tener problemas con que dijeran que uno se estaba llevando algo confidencial y me acompañó hasta el área común del edificio.

—¿No te presionaron para que te apuraras?
AP: No, el apuro lo tenía yo por la impotencia de que fui botado por algo que ellos llaman un perfil ciudadano y que, hasta el sol de hoy, no sé qué es.

—¿Qué es para ti el perfil ciudadano ahora?
AP: Firmar o no firmar.

—¿Cómo fue tu caso Nataly?
NB: Bajé el 17 de julio a la sala junto con los 22 que llamaron. El personal de RRHH bajó diciéndonos que el señor Jesús Ochoa no iba a tener tiempo de hablar con todos, que sólo se quedaban las siguientes personas:
Zully Álvarez, Laura Atencio y yo.A la primera que nombraron fue a mí.

Cuando llegué, no estaba el señor Ochoa, sino estas mismas cuatro personas.

“La mandamos a llamar porque vamos a rescindir su contrato”, me dijeron. Entonces me cayó el balde de agua encima. La señora Ivonne me dijo que leyera la carta, no tenía conocimiento de los artículos de la Ley Orgánica del Trabajo. Le pregunté las razones de mi despido y el señor de Pdvsa me dijo que no había más razones que las escritas.

—¿Volverían a Sincor?
AP: No.

NB: Sí. Si alguien me da la explicación y me dice que fue un error, sería capaz de volver.

—¿No temes que el argumento político vuelva a ser una razón para tu despido?
NB: Sí claro, pero si me reenganchan, ese argumento sería más que claro.

—¿A ustedes los botan antes de que culmine el período de prueba?
AP: Sí. El período de prueba terminaba el 21 de agosto.

NB: El mío el 6 de septiembre.

—Andrés, ¿cómo te sientes cuando, como ingeniero de petróleo, ves este tipo de cosas en Pdvsa?
AP: Bastante frustrado. No fue para esto que me preparé. Mi padre fue profesor de ingeniería de petróleo durante treinta años en la UCV.

Él no preparó ingenieros para esto, sino para ser personas éticas, eficientes, honestas.Y eso es lo que yo quería ser.

Venezolanos abren una patria chica en Canadá

Esto lo envía Yosmar Vasquez para su publicación

Publicado en la ed. impresa: Wall Street JournalMartes 26 de junio de 2007



Muchos ex empleados de Pdvsa han encontrado refugio en Alberta; los canadienses aprenden salsa



FORT MCMURRAY, Canadá —Antes de que dejara Venezuela en abril por este puesto petrolero en el norte de Alberta, Canadá, Freddy Méndez oyó historias sobre el frío invierno que congela los huesos. Desde que llegó al pueblo, ha visto dos osos negros en su vecindario. Sin embargo, lo que le ha resultado más difícil es acostumbrarse al sol de media noche. "Uno trabajo mucho cuando el sol no se pone sino hasta las 11 de la noche", dice mientras bosteza. "Pero es muy difícil acostar a los niños." Este ingeniero de 45 años es parte de una creciente colonia de venezolanos expatriados que aseguran que fueron enviados al exilio por un gobierno hostil. Muchos aseguran que fueron purgados luego de una prolongada huelga en 2002 en Petróleos de Venezuela, el gigante petrolero estatal conocido como PDVSA. Muchos de los recién llegados inicialmente encontraron empleo en las petroleras extranjeras en Venezuela en 2003, pero perdieron sus puestos luego de que Hugo Chávez tomara el control de los activos de las compañías. Se autodenominan los "dos-veces despedidos". La gélida y remota Alberta se ha convertido en uno de los enclaves venezolanos de mayor crecimiento, compitiendo con sitios más cálidos como Weston, Florida, en las afueras de Miami, y Sugar Land, Texas, cerca de Houston. Ahora, hay cerca de 3000 familias venezolanas en Alberta, muy por encima de las aproximadamente 800 que había el año pasado. Algunas personas en Alberta llaman a Evergreen, un complejo de viviendas en Calgary, "Vene-green" debido a las 100 familias venezolanas que han comprado casas ahí y colocan banderas venezolanas en los espejos retrovisores de sus autos. Los recién llegados distan de ser inmigrantes pobres. Muchos tienen una larga experiencia en los campos petroleros y han conseguido empleos en refinerías canadienses con salarios que superan los US$ 100.000 anuales. Los ejecutivos canadienses aprecian la capacidad de los venezolanos de aplicar técnicas desarrolladas en América del Sur, donde los depósitos de petróleo de la faja del Orinoco son explotados de forma muy parecida a las arenas del petróleo en Alberta. Otros venezolanos siguieron a sus familiares a Canadá y encontraron oportunidades. Uno de ellos fue Orlando Morante, quien abrió un club nocturno en Calgary, el Conga Room. Este pasado invierno, un instructor de karate oriundo de Venezuela lideró a la delegación de Calgary a una competencia internacional de artes marciales en Tokio. Los recién llegados tienden a ser bilingües y suelen llegar con suficiente dinero para comprar algo en los florecientes mercados de bienes raíces de Calgary y Edmonton. La pérdida de tantos trabajadores calificados ha sido un duro golpe para PDVSA. Desde que Chávez llegó al poder en 1999, la producción petrolera de Venezuela ha bajado de 3,1 millones de barriles diarios a 2,4 millones de barriles al día, a pesar de los altos precios, según estadísticas del gobierno de Estados Unidos (Venezuela ha acusado constantemente a EE.UU. de subestimar la producción de PDVSA de los últimos años.) La pérdida de Venezuela es la ganancia de Alberta. La industria petrolera de la provincia sufre una escasez permanente de trabajadores calificados y las compañías canadienses reclutan profesionales en el extranjero. Champion Technologies, que tiene una unidad perforando en la faja del Orinoco, llevó empleados al norte. Lo mismo hizo SunCor Energy Inc., que tiene cerca de 100 venezolanos en su nómina. Jacobs Canada Inc., la unidad local de la compañía de ingeniería estadounidense, mandó equipos de reclutadores a Caracas para realizar entrevistas, regresando con decenas de veteranos de PDVSA. El remoto Fort McMurray, a unos 766 kilómetros al norte de Calgary, es el punto de entrada más expedito para familias petroleras que buscan un refugio canadiense. Hay muchas vacantes sin cubrir. Cuando se empezaron a desarrollar las arenas de petróleo en 1967, el pueblo tenía apenas 4000 personas y unas pocas calles pavimentadas. Ahora tiene más de 65.000 residentes, incluyendo unas 200 familias venezolanas, un alza frente a las 30 de hace un año. Los complejos habitacionales en los suburbios se han extendido hacia las colinas boscosas que abrazan los bancos del río Athabasca. Los venezolanos mantienen lo mejor que pueden su cultura, importan pimentones y preparan las tradicionales cachapas con maíz canadiense, que es más delgado que la harina que usan en Venezuela.Los residentes locales dicen que el son de la salsa es la mayor contribución de los venezolanos a la calidad de vida de Fort McMurray. Hartos de los días sin sol, los motores congelados por el frío y maridos que pasan largos turnos trabajando en la refinería, hace dos inviernos Marifé Valderrama fundó Baile Terapia en el sótano de su casa. Ella y sus amigas bailan durante horas al ritmo de cumbia, merengue y reggaetón. Se empezó a correr la voz y al poco tiempo las canadienses querían unirse al grupo. Valderrama, bailarina profesional de 31 años, trasladó Baile Terapia a una cafetería en una escuela y ha empezado a dar clases para parejas y para grupos de mamás con sus bebés.

Por Joel Millman
The Wall Street Journal
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ADIOS PETROZUATA ... UNA MUESTRA DE NUESTRA CULTURA!!!!!

Articulo de Ernesto Hontoria en el Periodico El Tiempo

ENFOQUE

Adiós Petrozuata

ERNESTO HONTORIA LÓPEZ DESDE PUERTO LA CRUZ.-


Me llegó el momento de decirle adiós a Petrozuata. No en las mejores circunstancias pero sí en el momento adecuado.Llegué a Petrozuata hace más de seis años atraído por una buena oferta de trabajo.Para aquel entonces mi esposa y yo no teníamos hijos y nuestras limitaciones para mudarnos consistían en resolver el traslado de un colchón "King", un sofá de dos puestos y ver dónde colocábamos los dos kayaks que llevábamos sobre el techo del carro.

Petrozuata me abrió las puertas y me dio estabilidad económica. En paralelo crecieron mi familia y el número de colchones. Hasta el sofá de dos puestos se hizo pequeño y hubo que buscarle refuerzo. En Petrozuata conocí a mucha gente, unos se han ido y otros aún quedan; algunos simpáticos, otros no tanto. Gente diferente, con diferentes historias, diferentes problemas y percepciones de la vida, cada quien con sus virtudes y defectos, pero todos identificados con una cultura corporativa que más bien que mal amalgamó una manera de hacer las cosas.

A esa Petrozuata hoy en vías de extinción -por las razones o caprichos que sean- le debo mi gratitud. Gracias por brindarme oportunidades, ofrecerme retos y confiar en que los resolvería. Gracias por entender que mi familia es importante y respetar su tiempo. Gracias por organizar actividades familiares y promover deportes. Petrozuata representó un buen balance entre el trabajo y la vida personal que no puedo menos que agradecer.

Pero es a la gente de Petrozuata a la que más gratitud debo. Gracias a todos los que me han demostrado afecto. Gracias a los que preguntaron por mí cuando me dio un patatús en la carrera del año pasado. Gracias por sus mensajes solidarios. Gracias a todos los que nos apoyaron con sus aplausos a Ysabel y a mí cuando la empresa decidió prescindir de nuestros servicios. El sonido de sus palmas, las lágrimas en sus ojos, sus palabras de aliento en esa inmensa demostración de cariño que nos dieron (me arruga el corazón y me hace un nudo en la garganta cada vez que lo recuerdo), me dice que valió la pena.

De este revés nos levantaremos y comenzaremos de nuevo en otro lado, otra empresa, con otra gente, como comenzamos a correr nuevamente después del patatús. Siento como si una tormenta me hubiese arrojado fuera del barco -no se angustien que tengo salvavidas- y me toca patear hasta la orilla. Me va a tomar algún tiempo pero llegaré a dónde quiero ir. En cambio, ustedes amigos, siguen en el barco persiguiendo la tormenta por la tozudez de quien dirige la nave.

No escogemos lo que nos pasa (ni al capitán, ni a la tormenta), pero ante cada situación de la vida escogemos nuestra respuesta. Es nuestra decisión adular o poner los puntos sobre las íes, fijar el rumbo o dejarnos arrastrar por la corriente. No podemos renunciar a elegir, porque hasta la sumisión es una decisión personal (probablemente la más cómoda), y es esa libertad la que nos hace responsables de nuestros actos.

Desde hace un tiempo me habían advertido que manifestar mis opiniones podía costarme el empleo -nada oficial por supuesto, no es el estilo- y ante la disyuntiva del empleo y mis derechos ciudadanos opté por lo que me dictó la conciencia como lo aprendí de mi padre, se lo he visto hacer a mi suegro y lo más importante: como quisiera que lo hicieran mis hijos si les toca vivirlo.

Quien va a ver juegos de la Copa América?

Conversando con los panas me enteré que han comprado entradas hasta en 700.000 bolos each. Sólo por curisidad, cuánto te costaron la tuyas??????