Articulo de Ernesto Hontoria en el Periodico El Tiempo
ENFOQUE
Adiós Petrozuata
ERNESTO HONTORIA LÓPEZ DESDE PUERTO LA CRUZ.-
Me llegó el momento de decirle adiós a Petrozuata. No en las mejores circunstancias pero sí en el momento adecuado.Llegué a Petrozuata hace más de seis años atraído por una buena oferta de trabajo.Para aquel entonces mi esposa y yo no teníamos hijos y nuestras limitaciones para mudarnos consistían en resolver el traslado de un colchón "King", un sofá de dos puestos y ver dónde colocábamos los dos kayaks que llevábamos sobre el techo del carro.
Petrozuata me abrió las puertas y me dio estabilidad económica. En paralelo crecieron mi familia y el número de colchones. Hasta el sofá de dos puestos se hizo pequeño y hubo que buscarle refuerzo. En Petrozuata conocí a mucha gente, unos se han ido y otros aún quedan; algunos simpáticos, otros no tanto. Gente diferente, con diferentes historias, diferentes problemas y percepciones de la vida, cada quien con sus virtudes y defectos, pero todos identificados con una cultura corporativa que más bien que mal amalgamó una manera de hacer las cosas.
A esa Petrozuata hoy en vías de extinción -por las razones o caprichos que sean- le debo mi gratitud. Gracias por brindarme oportunidades, ofrecerme retos y confiar en que los resolvería. Gracias por entender que mi familia es importante y respetar su tiempo. Gracias por organizar actividades familiares y promover deportes. Petrozuata representó un buen balance entre el trabajo y la vida personal que no puedo menos que agradecer.
Pero es a la gente de Petrozuata a la que más gratitud debo. Gracias a todos los que me han demostrado afecto. Gracias a los que preguntaron por mí cuando me dio un patatús en la carrera del año pasado. Gracias por sus mensajes solidarios. Gracias a todos los que nos apoyaron con sus aplausos a Ysabel y a mí cuando la empresa decidió prescindir de nuestros servicios. El sonido de sus palmas, las lágrimas en sus ojos, sus palabras de aliento en esa inmensa demostración de cariño que nos dieron (me arruga el corazón y me hace un nudo en la garganta cada vez que lo recuerdo), me dice que valió la pena.
De este revés nos levantaremos y comenzaremos de nuevo en otro lado, otra empresa, con otra gente, como comenzamos a correr nuevamente después del patatús. Siento como si una tormenta me hubiese arrojado fuera del barco -no se angustien que tengo salvavidas- y me toca patear hasta la orilla. Me va a tomar algún tiempo pero llegaré a dónde quiero ir. En cambio, ustedes amigos, siguen en el barco persiguiendo la tormenta por la tozudez de quien dirige la nave.
No escogemos lo que nos pasa (ni al capitán, ni a la tormenta), pero ante cada situación de la vida escogemos nuestra respuesta. Es nuestra decisión adular o poner los puntos sobre las íes, fijar el rumbo o dejarnos arrastrar por la corriente. No podemos renunciar a elegir, porque hasta la sumisión es una decisión personal (probablemente la más cómoda), y es esa libertad la que nos hace responsables de nuestros actos.
Desde hace un tiempo me habían advertido que manifestar mis opiniones podía costarme el empleo -nada oficial por supuesto, no es el estilo- y ante la disyuntiva del empleo y mis derechos ciudadanos opté por lo que me dictó la conciencia como lo aprendí de mi padre, se lo he visto hacer a mi suegro y lo más importante: como quisiera que lo hicieran mis hijos si les toca vivirlo.
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"Honeste vivere, Alterum non laedere, Cuique suum tribuere"
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5 comentarios:
Amigo Ernesto...
Dicen que de toda adversidad nace una mayor esperanza!!! Un mayor anhelo a luchar ... a seguir adelante... a seguir consechando exitos!!
Y también dicen... que todo pasa por una razon... quizás era el mejor momento para saltar del barco...
Creo que lo mas duro de irse de PZ es dejar a ese bello grupo de amigos que allí hicimos y con quienes compartimos tanto tiempo hermoso!!!
Como exPetrozuata y a pesar de no conocerte te deseo todo lo mejor con la Bendición de Dios Padre y el Cuidado de la Virgen Maria!!
Y como dijo uno de los amigos en este Blog.... Petrozuata irá con nosotros en nuestro corazón para siempre!!
Un Abrazo
Luisa Carolina Burgos
Ernesto, te ratifico lo enviado a tu mail personal, los principios, la libertad y los derechos no se negocian. Si esa puerta se cerró Dios te abrirá muchas puertas. Despues de la tormenta viene la calma. Siempre seguiremos siendo la gran familia Petrozuata.
Solo quería dar una muestra de respeto y solidaridad al amigo Ernesto desde este comentario.
Hombres valientes y de una sola pieza como Ernesto necesitamos más en este país....
Muchas gracias a Julio Betancourt por facilitarme el camino hasta este espacio de amigos!
Andrés excelente tu idea de crear este espacio lleno de amigos y de mucha experiencia, acumulada desde nuestros inicios en el piso 16 de la extinta Maraven...
Saludos,
Leonardo.
Estimados amigos, comparto esto con Uds. una reflexion importante sea cual sea el camino que tomemos.
Optimismo La decisión de ser feliz.
Como todas las mañanas, tomé mi auto rumbo al trabajo. Desde hace muchos años, habitualmente enciendo la radio.
Empecé el día escuchando el resumen noticioso: fraudes, corrupción, asesinatos, desastres, violaciones, contaminación; opiniones de los más reconocidos economistas asegurando que vamos directo al desastre; los politólogos con sus clásicas soluciones de bolsillo, anotando todas las equivocaciones del gobierno; los gurús de la verdad que nos pronostican un final trágico. Por vez primera tomé conciencia de que mi alimento espiritual de las mañanas era toda la mugre producida en el mundo. Me detuve en un puesto de periódicos, con los encabezados de los diarios mi dosis de negativismo aumentó considerablemente. Ahora me explico el mal humor que domina por las mañanas a la mayoría de las personas. Me dediqué el resto del trayecto a observar a quienes iban en otros autos y a quienes esperaban impacientes en la parada de los autobuses; algunos parecía que estaban ladrando; pocas, sí, muy pocas sonrisas; por supuesto, usted seguramente ya lo adivinó, esas sonrisas eran de niños y jóvenes, porque los adultos se veían como si estuvieran a punto de suicidarse. Recordé aquel cuento infantil en el que un rey cayó muy enfermo y, ya en agonía, llegó a verlo, de tierras lejanas, un médico, quien le recetó cubrirlo con la camisa de un hombre feliz; eso sería lo único que le salvaría la vida. Los heraldos y cortesanos se dieron a la búsqueda de la valiosa prenda, ofreciendo a cambio una cuantiosa recompensa; desde luego, se presentaron muchos candidatos, pero a todos, sin excepción, les faltaba algo para disfrutar la felicidad plena: quien tenía salud se quejaba de su pobreza, al que poseía una gran fortuna le faltaba salud, algún otro se lamentaba por la falta de un brazo, otro carecía de apetito y así sucesivamente a todos los descalificaron. Un día recibieron la noticia de que en una aldea, en los confines del reino, vivía un hombre muy feliz, o al menos aparentaba serio. Al acercarse a su cabaña, escucharon cómo silbaba y canturreaba; él los recibió en su hogar, el cual era muy austero y, sin esperar más, iniciaron el interrogatorio:
-¿Se considera una persona feliz? -Por supuesto -contestó.
-¿Tiene suficiente dinero para vivir? -Lo necesario para estar bien.
-Pero se ve pobreza en su hogar -replicaron los cortesanos. -No necesito más; pobre no es quien posee poco sino quien anhela mucho.
-¿Y en cuanto a salud?
Sonriendo, aquel hombre contestó:
-Para mí la enfermedad es una aliada que me avisa que debo cuidarme; sé que lo inevitable sucederá: la vejez, la enfermedad y la muerte, y como son algo natural no me da miedo enfrentarlos.
-¿Está satisfecho con su familia?
-Amo a mi esposa y a mis hijos y los acepto como son; es más, los he educado para ser libres, no para tenerlos prisioneros con deseos egoístas de que cambien para darme gusto.
Convencidos, los enviados del rey le pidieron su camisa y para su asombro, les contestó: "Lamento decirles que yo no poseo camisa alguna", y despidiéndose cortésmente, reinició su trabajo cantando.
¿Es usted verdaderamente feliz?, ¿qué le falta para lograrlo?
¿Se deja influir por la corriente de negativismo que lo rodea?
¿Se haría el hábito de iniciar la mañana con pensamientos positivos?
¿Se atrevería a ofrecerse a usted mismo y a la gente con quien convive diariamente?
Ser optimista en estos días equivale a ser un auténtico hereje; inclusive se le considera un cínico y atrevido a quien, a pesar de todos los males que nos aquejan, se atreve a sonreír.
La felicidad es una decisión, así como también lo es empantanamos en el pesimismo. El secreto para sonreír siempre es aceptar nuestra circunstancia, y si no estamos de acuerdo con ella, intentar modificarla con una actitud positiva, con la confianza de que lo lograremos. Piense, de todas maneras el tiempo transcurre, ¿por qué insistimos en permanecer en el lado oscuro, en lugar de vivir en la parte luminosa?
Debemos proteger nuestro cerebro en forma similar a la de un jardín del que tenemos que arrancar las malas hierbas, regarlo y fertilizarlo; que no significa perder contacto con la realidad, sino aprender a procesarla, no dejando que nos contamine y arrastre a la depresión, el resfriado común del espíritu. Para ello, es preciso tomar la dosis mínima necesaria de noticias para estar bien informado, buscar la lección constructiva que trae implícita cada noticia, por mala que ésta sea y lo más importante, alimentar nuestra mente con expectativas positivas, esperando siempre lo mejor, imaginando finales felices, visualizando el éxito en cada tarea que realicemos. La parte fundamental es decidir todos los días si seremos felices a pesar de las adversidades. Recuérdelo: ser feliz es una decisión.
Miguel Ángel Cornejo
Fuente: Enciclopedia de la Excelencia
Infinitud Humana
Tomo VII, pag. 2545
Gracias Arturo.....
Excelente!!! Nadie mas que tu para darnos las pastillitas necesarias en palabras y escritos!!!
UN ABRAZO GRANDE
Carolina Burgos
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